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lunes, 8 de octubre de 2007

El Rayo de Luna que se cayó a la Tierra.

Estaba un día la luna tan tranquila por el cielo dando su paseo nocturno y...¡ZAS!, se le cayó un rayo a la tierra.
El Rayo de Luna se quedó enganchado en las ramas de un árbol y no podía tocar ni siquiera el suelo.
Pasó por allí una jirafa con el cuello muy, muy, muy largo (como todas las jirafas), y quería comerse el Rayo de Luna, pero se le escapa entre los dientes.
Pasó por allí un león y se quedó mirando al árbol y no entendió porqué tenía esa luz tan extraña.
Pasó por allí un buho, y llamó a sus amigos porque por fin había encontrado un áarbol con la suficiente luz para aguantar toda la noche con los ojos abiertos sin dormirse.
Y pasó una niña y un niño que se dieron cuenta de que había un Rayo de Luna que quería volver al cielo.
Es así que desengancharon al rayo de la rama del árbol y los búhos se fueron volando asustados.
El niño y la niña cogieron al Rayo de Luna entre las manos, le explicaron hacia dónde tenía que ir y soplaron muy fuerte. El Rayo viajó muy deprisa hacia la Luna y se quedó allí.
De vez en cuando, como ya se sabe el camino, la Luna se acerca a la Tierra y el Rayo les da un beso a los niños en la mejilla.
Así, tal cual pasa, ocurre.

FIN.
Encarni.

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