Había una vez, en un bosque normal lleno de animales normales, un gusano con orejas de señor.
Era un gusano un poco especial porque cuando se arrastraba por el suelo y por los troncos de los árboles y las hojas, dejaba los surcos que iban marcando las orejas. Todos los demás gusanos e insectos del bosque le llamaban Tarsicio, porque se parecía a un tío lejano de una hormiga.
Sin embargo, Tarsicio tenía un grave problema: cada vez que queria dormir, le despertaban las pisadas de los otros insectos. Tenía unos pabellones auditivos (orejas) muy, pero que muy sensibles.
Cuando un insecto (una hormiguita) se movía y sonaba "ris, ris, ris, ris", muy suavecito; Tarsicio oía ¡RIS, RIS, RIS, RIS! muy fuerte. Cuando Milagros la satamontes, saltaba "plin, plin, plin, pin", muy suavecito; Tarsicio oía PLUMBA, PLUMBA, PLUMBA, PLUMBA, muy fuerte.
Por eso no podía dormir.
Por eso tuvo que ir al médico de familia de los gusanos.
El médico, un gusano de cabeza gorda y ojos grandes con gafas de pasta azul, le dijo que era un problema de fácil solución. Con bolas de seda de los gusanos de seda (parientes lejanos suyos), se tenía que fabricar unas orejeras de gusano (que son más pequeñas de lo normal) y ponérselas antes de dormir.
Tarsicio, que era muy educado, después de dar las gracias al médico, fue a buscar a sus parientes.
Los gusanos de seda se pusieron muy contentos cuando vieron a Tarsicio, y éste les comentó su problema. Ellos le fabricaron unas orejeras la mar de cómodas y con ellas pudo dormir.
Y Tarsicio durmió.
Y durmió.
Y durmió.
Y como estaba tan cansado empezó a roncar.
Y a roncar.
Y a roncar.
A Tarsicio se le oía en todo el bosque y los demás animales no podían dormir. Entonces todos comenzaron a comprar orejeras y tapones para los oídos.
Los gusanos de seda, que junto con los topos, tienen una visión de futuro enorme, pusieron una tienda de orejeras de diseño en el centro del bosque y se convirtieron en los más famosos de la zona. Pusieron nombre a su tienda y todo: CREACIONES TARSICIO S.L. en honor a su primo
lejano, que desde entonces duerme como un rey.
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