¿te imaginas?

Imagínate por un momentito que cuando te vas a acostar, te puedes desmontar.
Que puedes desatornillarte los dedos y los dejas en los reposadedos.
Y que por las mañanas te despiertas y te los vuelves a atornillar.
Imagínate que un día te despiertas tan dormida que te equivocas y te pones los dos pulgares en la misma mano y tus manos son una desorganización de dedos.
Por un lado, sería muy divertido.
Por otro lado tendrías que ser una persona muy hábil para poder escribir, coger un vaso de agua... rascarte la espalda.
Pero imagínate más: que los dedos de la mano se mezclaran con los de los pies.
¡Eso sí que sería un lío!.
Porque los calcetines estarían todos deformados, y los guantes y las manoplas nos valdrían bien poco.
En fín, que cada cosa en su sitio, no sea que nos pase lo mismo con la nariz y nos aparezca en el ombligo y vaya desastre de cuerpo.