- Mami, cuéntame un cuento.
Todas las noches igual: "mami cuéntame un cuento".
Y es que hay veces que la neurona de la imaginación se va volando por las nubes de la memoria, o por las del recuerdo o del córtex, o vete tú a saber por dónde... en busca de una idea para hacer un cuento.
- Mami, que sea un cuento divertido.
Y la neurona sigue buscando esa conexión especial para crear el cuento.
Baja, sube, vuela... y en un rincón del cerebro se queda dormida, acunada al susurro de otra neurona especializada en cantar canciones tranquilas.
El tono de la voz va bajando, las señales horarias ya han sonado en la radio de la cocina y me parece que el cuento ya te lo he contado, porque te has quedado dormida.
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2 comentarios:
A mí me pasa lo mismo. cada noche, un cuento.
Pues no hay nada mejor que escuchártelos contar, pero al leerlos te imagino sentada, con todos alrededor tuyo, dejándonos absortos con tu imaginación y con tu voz.
Besos de Julia
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