- ¿Porqué lloras cariño?
- No encuentro la nieve que guardé en mi bolsillo.
- Cierra los ojos, no hace falta que los cierres muy fuerte... Vale... Ahora recuerda la nieve y siente lo fría que estaba. ¿Lo notas?
- Sí.
- Pues ya está cariño, la nieve está contigo si cierras los ojos. Cuando los abres, no es que no esté, es que se ha cambiado de sitio.
Y es que hay cosas que se cambian de sitio, como la nieve.
Y cosas que permanecen en su sitio y nos esperan, como el mar, las montañas o las obras de Madrid.
Y cosas que están ahí esperando a que las dejes estar contigo, como todos los besitos que te puedo dar durante todos los días, todos los minutos y todos los segundos del mundo.
Para todas las persona a las que quiero, vengan de donde vengan, están donde estén, se van, vuelven o se quedan.
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4 comentarios:
Morcoooooo guapa no sabia que tuvieras un blog y mucho menos que fuese tan interesante. De momento solo he leido dos cuentos pero tengo que decirte que me han encantado y que espero que no te moleste si los uso con mi hija (no te preocupes que le dire quien es la autora jajaja). Bueno que me gustan mucho tus cuentos y no creo que sean muy absurdos. Besitos.
Linda historia, linda filosofía de la vida, linda dedicatoria.
Sigue guapa.
Ayer recordé el bar de abajo de mi casa. Toda mi adolescencia está guardada en ese bar y en el olivo de la puesta de la iglesia.
Pensé que Paco ya tendrá edad para estar jubilado, pero si algún día vuelvo, quiero que el bar esté allí. No quiero cerrar los ojos delante del solar. Llevo ya seis años cerrando los ojos.
Un beso Morc.
Me los leere poquito a poco. El de la nieve, precioso y gracioso, jeje, que obsesión con las obras de Madrid...
Besitos
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