Esta es la historia de un guisante que vive en una menestra.
Sus compañeros de vida son las zanahorias y judias verdes, la coliflor, las alcachofas, un garbanzo que se había colado y más guisantes.
El guisante quiere conocer mundo porque piensa que lo que le rodea ya lo tiene muy visto y decide, junto con una zanahoria y una alcachofa, salir de la menestra e ir al campo para ver la primera de sus casas.
Ninguno se acordaba de cómo se iba al campo, pues desde muy pequeños habían vivido en la sección de congelados del supermercado. Aún así cogieron la primera cesta de reparto que pasó por allí, se metieron en un camión y... a esperar el final del trayecto.
Afortunadamente el camión pertenecía al dueño de un huerto de productos ecológicos y afortunadamente, llegaron a un pueblo que se llama Talamanca del Jarama que tiene muchos huertos.
Se bajaron del camión. Comenzaron a preguntar a todas las verduras y hortalizas que allí vivían dónde podrían encontrar sus orígenes.
Enseguida llegaron al huerto de las zanahorias. Allí una zanahoria les explicó que vivían muy felices en la tierra y cuando ya estaban maduras el agricultor les agarra de los pelos, las saca de la tierra y las manda a una cesta, de ahí al supermercado...
Pasaron luego por el huerto de las alcachofas. Allí una alcachofa les explicó que su infancia y adolescencia la pasaban en la tierra, pero que en la madurez las recogían y las llevaban también al supermercado.
El guisante llegó por fin a su tierra. La tierra estaba llena de plantas con vainas. Una de ellas explicó que había un montón de guisantes en cada vaina y, que ahí estaban calentitos hasta que tenían la madurez necesaria. Era entonces cuando el agricultor les sacaban y los llevaban al mercado.
Estaban hablando cuando llegó el agricultor, hizo una recogida de frutas y verduras, las metió en una cesta, las subió al camión y acabaron en una gran nave industrial. Y de ahí, al mercado.
Después de unos días, el guisante, la alcachofa y la zanahoria se reencontraron en la menestra.
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