Fiesta en el armario: La bufanda viajera

¿Te acuerdas que el armario estaba de fiesta?.
¿Te acuerdas que la fiesta la organizó la ropa de invierno?.
Pues bien. Seguimos con lo que ocurrió ese día.
Una bufanda curiosa de colorines, se asomó a la ventana para comprobar el tiempo que hacía. Se asomó tanto que el viento se la llevó por toda la ciudad.
Voló por encima de los tejados y voló a la altura de las nubes.
Se encontró:
-con un globo que se había escapado,
- con muchas hojas de los árboles y,
- con otra bufanda roja.
De vez en cuando se acercaban al suelo pero, ¡ZAS!, un remolino de aire las volvía a elevar por encima de las cabezas de las personas.
Así continuaron su viaje hasta que llegaron al árbol de las bufandas.
En todas las ciudades hay un árbol de bufandas. Sólo tienes que estar un poco atenta.
Hay un árbol en el que las bufandas viajeras se quedan enganchadas cuando se acaba el viaje. Hay veces que las bufandas del árbol llevan muchos kilómetros recorridos, y otras veces casi no han salido del barrio.
Pues bien, ahí se quedaron nuestras amigas descansando. ¿La iría a buscar alguien?.